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Historia del Polígrafo

El origen del polígrafo se remonta a principios del siglo XX. En 1906, el cardiólogo británico James Mackenzie desarrolló un dispositivo para registrar simultáneamente el pulso y la presión arterial. Sin embargo, fue John Augustus Larson, un policía y médico estadounidense, quien en 1921 creó el primer prototipo del polígrafo moderno, al que llamó "detector del engaño", capaz de registrar varias respuestas fisiológicas a la vez.

Más tarde, Leonarde Keeler mejoró el dispositivo en los años 30, añadiendo un componente que medía la conductancia de la piel. Su versión del polígrafo fue utilizada oficialmente en investigaciones criminales, consolidando su presencia en el ámbito forense.

Desarrollo del Polígrafo

El polígrafo ha evolucionado desde un aparato mecánico hasta un sistema computarizado que registra con alta precisión las respuestas fisiológicas, como:

• Ritmo cardíaco

• Presión arterial

• Respiración

• Conductancia de la piel (respuesta galvánica)

Se emplea bajo protocolos rigurosos que incluyen una entrevista previa, el establecimiento de preguntas y un análisis especializado de los datos obtenidos durante la prueba.

Marco Legal del Polígrafo

El uso del polígrafo varía según el país y el contexto:

México: No existe una ley que prohíba el uso del polígrafo, pero debe aplicarse respetando los derechos humanos, el consentimiento informado y el principio de confidencialidad.

Estados Unidos: En el sector privado, su uso está regulado por la Employee Polygraph Protection Act (EPPA) de 1988, que limita su aplicación en el ámbito laboral salvo excepciones específicas (Personal de Seguridad o vigilancia, así como personal dedicado a sistemas de seguridad física).

Mitos sobre el Polígrafo

1. “El polígrafo detecta mentiras”: Falso. El polígrafo no detecta mentiras, registra reacciones fisiológicas que podrían indicar engaño.

2. “Puede ser manipulado fácilmente”: Aunque algunas personas intentan engañarlo, los expertos están entrenados para detectar intentos de contramedidas.

3. “Es 100% infalible”: Ningún sistema es perfecto. La precisión del polígrafo depende del examinador, del tipo de prueba y de la cooperación del evaluado.

4. “Causa daño psicológico”: El procedimiento es NO invasivo y no causa daño físico o mental.

Objetivos del Polígrafo

Evaluar la veracidad de la información proporcionada por un individuo.

Detectar riesgos en procesos de selección, promoción, permanencia (control de confianza) o investigaciones internas (asuntos específicos)

Apoyar en investigaciones judiciales o administrativas.

Generar un entorno de confianza y prevención dentro de las organizaciones.

Disuasión de conductas deshonestas.

Beneficios del Polígrafo

• Prevención de riesgos: Detecta posibles amenazas internas antes de que se materialicen.

• Mejora de la confianza: Refuerza la percepción de transparencia y control dentro de la empresa.

• Apoyo en decisiones laborales: Proporciona información valiosa en procesos de selección o promoción.

• Complemento en investigaciones: Aporta indicios para esclarecer conflictos o eventos críticos.